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El mito de la caverna en nuestros tiempos

Por: Julio C. Navarro Falconí (1)

Publicado: 2021-09-26

El mito de la caverna de Platón describe a unos hombres que desde niños están encadenados en el fondo de una caverna, de tal manera que solo pueden mirar a la pared de enfrente donde su visión sólo puede percibir las sombras de objetos y animales que transitan delante de una gran hoguera, y cuyas voces se reflejan por el eco de la cueva dando la idea de ser las mismas voces de las sombras.

Hasta que de pronto uno de los hombres se libera de sus cadenas, huye y logra salir de la cueva por una difícil salida que lo conduce hacia la luz del día que, en un inicio lo deslumbra, pero después, le revela el engaño al que fue sometido toda su vida porque recién puede conocer el mundo real, entonces, decide regresar a la cueva para liberar a los otros, pero estos se resisten a creer en aquel mundo exterior que le describe el hombre libre, al punto de tomarlo por loco, e incluso, como señala Platón, de estar liberados de sus cadenas intentarían matarlo.

En este mito Platón nos describe dos mundos, el primero es un mundo de la ignorancia que solo se reduce a lo captado por los sentidos, en este caso, únicamente la proyección de sombras que se asumen como la única verdad; y el segundo es el mundo real, aquel que se conoce como consecuencia del conocimiento y la experiencia, es decir, a través de la luz, de la educación.

Si llevamos este mito a la realidad peruana podemos afirmar que una gran cantidad de peruanos han decidido seguir viviendo en la caverna, en el mundo de la ignorancia, dejándose influenciar por las sombras que proyectan los medios de comunicación de estos tiempos, sobre todo aquellos que han cambiado la búsqueda de la verdad por la del interés económico o político en función a sus conveniencias.

Sombras que no solo se proyectan en el fondo de la pared de la sociedad en la que vivimos, sino que ahora han superado la capacidad de atracción que alcanzó la televisión para convertirnos en una especie de autómatas dependientes de los teléfonos inteligentes que nos atrapan en sus redes sociales donde nos proyectan las sombras de una realidad virtual.

Estos hermanos nuestros, de todas las edades, creen ciegamente en las sombras del Twitter, del Facebook, del WhatsApp, se aferran a estas verdades virtuales que condicionan sus formas de actuar y de pensar, son hombres y mujeres que incluso están dispuestos a enfrentar con odios y violencia a aquellos que no piensan igual, a viva voz se aferran a su “única verdad” y lo afirman en sus redes sociales buscando likes y más seguidores que les confirmen que tienen la razón. Como las voces de los esclavos que buscan en medio de gritos y burdas expresiones, convencerse a sí mismos que el hombre libre está loco, y que no merece vivir, y que tampoco los debe liberar.

Mientras, allá afuera, en el mundo real, hay también otros hermanos nuestros que viven haciendo sus mayores esfuerzos para ser felices, gente que estudia con la convicción de que la educación es la vía más segura para descubrir y entender la verdad; gente que trabaja con honestidad, con responsabilidad, con ética y con convicciones personales que los conducen a obrar bien; gente que vive la cultura, en familia, en comunidad, es decir, peruanos de bien, que están bien, que son felices a pesar de no tener grandes riquezas ni mucho menos, gente que en medio de esta sociedad hostil sabe reír, amar, soñar; es decir, hombres y mujeres libres de verdad.

Sin embargo, creo que lo que nos hace falta hoy, en estos tiempos de cambios constantes, en medio de la era digital, son hombres y mujeres libres que estén dispuestos a ingresar a la caverna para liberar a aquellos que aún continúan aferrados a las cadenas del conformismo, de la ignorancia, del consumismo, del odio, del clasismo, del terruqueo, de la corrupción, de politiquería mercenaria, de la falta de humanidad.

Necesitamos de líderes que estén dispuestos a llevar la luz a las cavernas para revelar la verdad de aquellas sombras que mantienen ciegos y atrapados a tantos peruanos, necesitamos de líderes que no solo los liberen de sus cadenas, sino que luego los conduzcan por el sendero correcto hacia la salida de la cueva y al encuentro de la luz, como aquellos maestros que se empeñan en las escuelas para avivar en nuestros hijos la capacidad de asombro que todos tenemos, y para mantener vivo en ellos la curiosidad, la creatividad y el coraje para descubrir de la mano con el conocimiento, como la linterna del explorador, la verdad de aquel mundo que luego, cuando crezcan tendrán que transformar.

Hoy más que nunca, necesitamos de hombres y mujeres que a través de la política; la de verdad, aquella que propone acciones para lograr una sociedad más justa, altruista, libre, culta y solidaria; es decir, hombres y mujeres líderes que nos conduzcan hacia una sociedad mejor, donde el bien común esté por encima del bienestar individual.

Por eso les pregunto a los jóvenes ¿están dispuestos a emprender este desafío?, si no lo hacen ahora, este espacio seguirá siendo coaccionado por los que viven en las cavernas, aquellos que hacen de la ignorancia de la gente el mejor escenario para seguir proyectando sus sombras de una realidad mediática, virtual, perversa, que se ajusta a su conveniencia y para beneficio de sus propósitos indignos motivados por sus ansias de poder, de placer y de dinero.

Esto es tiempos de cambio, compártelo.

(1) Periodista

Publicado: El 26 de septiembre de 2021


Escrito por

Julio Navarro -Jucenaf

Periodista y luchador incansable contra la crisis de valores para construir un mundo mejor! JALCA para siempre! Aquí mi opinión personal.


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