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¿Qué nos pasa?

Publicado: 2018-10-22

Un grupo de amigos intercambiaba mensajes por chat mientras veían —con asombro algunos y otros con desidia— los programas informativos dominicales, en medio de las imágenes, testimonios y reportajes exclusivos sobre el pedido de prisión preventiva que enfrenta Keiko Fujimori y otros involucrados como supuestos miembros de una organización criminal de lavados de activos insertos en el partido político Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular). Enviaban sus mensajes, compartían algunos memes, revisan el twitter y se preguntaban entre ellos ¿qué nos pasa?

—Pasa que tenemos políticos corruptos
—los responsables somos nosotros que elegimos a los peores
—es que nadie que es honesto en su sano juicio quiere entrar a la política
—¡claro! Sino terminaría allí sentado frente al juez Concepción Carhuancho
—es que siempre nos toca elegir al menos malo
—todo el Estado está lleno de gente que no merece llamarse servidor público
—todo está podrido, por donde miras hay corrupción, en todas partes
— ¡cierto! Solo velan por sus intereses, y los demás no les importan
—y encima cuando una va donde ellos te tratan mal, como si estuvieran haciéndote un favor
—¿están viendo? Otro aportante falso que dice que nunca dio nada
—de dónde va a sacar 13 mil soles si solo maneja una mototaxi

¿Qué nos pasa? Es una pregunta que muchos peruanos nos hacemos frente a la revelación de cómo se maneja la política peruana. Las declaraciones de testigos protegidos y colaboradores eficaces muestran cómo se toman las decisiones en uno de los partidos con mayor fuerza política en el Congreso. Testimonios oficiales registrados por la Fiscalía y otras singulares publicaciones de las conversaciones a través del chat “la botica” (donde los protagonistas son varios congresistas, el actual presidente del Congreso y la lideresa del fujimorismo) son un claro testimonio de un verdadero contubernio entre ellos para atacar a un fiscal que trata de hacer su trabajo de la mejor manera posible, contra el reloj, contra el poder de sus denunciados, contra las amenazas y contra la deshonra y el desprestigio premeditado.

Estos días de octubre nos han enseñado sobre los procedimientos judiciales para determinar una detención preliminar, para declarar su nulidad, para distinguir entre las indagaciones preliminares y la formalización de la etapa de investigación preparatoria, para conocer los requisitos indispensables que debe sustentar un fiscal ante el juez de garantías para que se dicte prisión preventiva contra un investigado. También estamos conociendo los procedimientos a seguir para lograr la extradición de un prófugo de la justicia que busca asilo mientras la justicia española lo envía a una cárcel dorada.

Estos días de octubre nos han enseñado también que el poder que se les otorga a los congresistas es una especie de cheque en blanco que los faculta para hacer lo que les viene en gana, sobre todo cuando tienen mayoría parlamentaria como único argumento para imponer sus pretensiones legislativas al caballazo, de manera prepotente y digitados por un chat que reemplaza sus propias conciencias.

Nos pasa que en estos días estamos viviendo las consecuencias del debilitamiento de los partidos políticos, del canje de verdaderos líderes por mercenarios del poder, del alejamiento de buenos ciudadanos ante la impunidad y la “criminalización de los cargos públicos”, del congelamiento y marginación de hombres y mujeres probos en la carrera judicial para dar lugar a las aves de rapiña que alimentan sus nauseabundos bolsillos con la coima y los “verdecitos” recogidos en efectivo para inclinar la balanza a favor del mayor postor de la pervertida justicia peruana.

Nos pasa que esta crisis de valores que está revelándose ante los ojos de la sociedad, recién muestra sus vísceras malolientes, recién la vemos en su verdadera dimensión, recién estamos tomando conciencia de sus formas malignas de actuar —totalmente contrarias al discurso y la careta que muestran en sus actos públicos, en los estrados de campaña, en los selfies que comparten en sus redes—, recién estamos tomando conciencia del peligro que representan cuando se hacen del poder y lo utilizan para su beneficio dejando de lado el bien común y otros valores tan escasos en nuestra sociedad como el respeto, la honestidad, la integridad y la vocación de servicio.

¿Qué nos pasa? Pasa que recién estamos abriendo los ojos ante la crisis de moral y valores que padece la política peruana, pasa que recién estamos abriendo los ojos y aprendiendo a distinguir entre lo que es bueno y malo para la sociedad peruana, pasa que recién estamos comprendiendo el poder que tenemos al momento de elegir a nuestros gobernantes, pasa que en las próximas elecciones, para nuestro bicentenario, podremos escoger mejor a nuestros gobernantes.


Escrito por

Julio Navarro -Jucenaf

Periodista y luchador incansable contra la crisis de valores para construir un mundo mejor! JALCA para siempre! Aquí mi opinión personal.


Publicado en

Construyendo un Perú mejor

Elegir, actuar y transformar el entorno para incrementar su valor y generar felicidad y progreso es el deber que debemos cumplir cada día!