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foto: andina

Muñoz, un nuevo alcalde producto del antivoto

Publicado: 2018-10-08

Los resultados de estas elecciones municipales y regionales nos demuestran una vez más la precariedad de los partidos políticos en nuestro país, no sólo porque los partidos tradicionales como el Apra, Acción Popular y el PPC no han alcanzado gobiernos regionales ni alcaldías como consecuencia de su activismo político, sino que los otros movimientos que se disfrazan de políticos como Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Solidaridad Nacional, Unión por el Perú, Frente Amplio o PPK, entre otros, tampoco han logrado hacerse de las preferencias electorales suficientes para llegar a un cargo de elección popular. 

Sin embargo, como en elecciones municipales y regionales anteriores, continúan llegando al poder los invitados y alojados en movimientos locales y regionales que se activan sólo para las campañas y que muchos además fungen de vientres de alquiler al mejor postor, una especie de agrupamientos de intereses particulares que ofrecen beneficios económicos, laborales o perversos a cambio de seguidores que conforman los equipos de campaña que terminan llevándolos al poder con bajos niveles de votación, donde ni siquiera alcanzan la tercera parte del electorado local o regional, pero igual se hacen del poder por cuatro años a cargo de cada región, provincia o distrito, manejando el presupuesto público a su antojo.

El caso de la capital es un ejemplo similar, en la última semana se decidió la alcaldía de Lima, el “colorao” Jorge Muñoz, exintegrante de Somos Perú y en esta contienda candidato por Acción Popular, alcanzó más del 32 % de los votos para convertirse en virtual alcalde de Lima, una elección similar a la que condujo a PPK a la presidencia, el resultado a favor de Muñoz es producto del antivoto fujimorista (en este caso representado más por Renzo Reggiardo que por Diethell Columbus), y del antivoto contra Urresti —como consecuencia del cargamontón mediático que lo señalaba como autor del crimen del periodista Bustíos—, y por su alianza con otro “partido” vinculado a José Luna (ex Solidaridad) y los graves cuestionamientos en su inscripción, es decir, el hastío y el miedo a los políticos de siempre fueron determinantes para que Jorge Muñoz capitalice mejor los votos de los ciudadanos que miran a la política como un agujero negro que arrastra con su fuerza y poder a su centro todo lo malo, lo feo, corrupto y perverso de nuestra sociedad.

Los resultados de estas elecciones nos dejan algunas lecciones que debemos tomar en cuenta, en primer lugar, se ha demostrado que los electores estamos mejorando y tomando mayor conciencia sobre la responsabilidad que tenemos frente a las ánforas y en nuestra incipiente vida democrática (con excepción de lo sucedido en el Callao y en Chorrillos donde el crimen y la corrupción sigue colocando autoridades); en segundo lugar, tenemos que advertir que frente al auto-ostracismo de los partidos políticos tradicionales, los líderes de opinión, politólogos, periodistas (o los que se dicen serlo) y medios de comunicación, incluyendo a los mercaderes de la información e influencers reales o fabricados, son los que pueden inclinar la balanza electoral a favor o en contra de cualquier candidato que basa su campaña en su imagen personal, en sus dádivas y en sus promesas utópicas pero sin respaldo de un verdadero partido político, lo que es muy peligroso porque puede dar lugar al surgimiento de nuevos “políticos” fabricados por la publicidad y la propaganda pagada o financiada por la corrupción, el narcotráfico y otras formas de criminalidad como ya sucede en muchas regiones de nuestro país.

En tercer lugar, estamos siendo testigos del fracaso y la decadencia de aquellas fuerzas políticas que nos heredaron la crisis de gobernabilidad que hoy sufre el Perú como consecuencia de los políticos que resultaron elegidos en los últimos procesos electorales, desde presidentes vinculados a la corrupción, congresistas condenados y de baja estofa, gobernadores investigados y encarcelados, alcaldes cabecillas de organizaciones criminales, y demás; es decir, el ocaso del fujimorismo chavetero; del “solidarismo” amarillo, soberbio y patán; del aprismo corrupto disfrazado de democracia directa; de la izquierda rebelde sin causa (y sin norte); de los sancochados de los PPK; y también de los que compran la política pagando las campañas de sus candidatos mojigatos que hipotecan sus conciencias y valores a cambio de que les financien sus campañas los que dicen que “pueden por el progreso” o que dicen ser la “alianza para el progreso”, ¿progreso?, una frase en común que en las historias de sus fundadores se vinculan más al lavado de activos y al lucro desmedido en el sector educación.

Estas elecciones también han puesto en evidencia la incapacidad de la ONPE y el JNE para garantizar que los candidatos y partidos políticos que aspiran al poder tengan una trayectoria digna de ser elegidos, desde firmas falsas con validaciones y funcionarios presos, la admisión de candidatos requisitoriados, hasta el desorden e improvisación en centros de votación, e incluso al momento de hacer el primer anuncio de resultados con cifras erradas en pantalla y datos incompletos en la página web, lo que demuestra que urge una restructuración y evaluación de los funcionarios, de la conformación de los jurados electorales especiales, de los sistemas operativos y también de los procedimientos que tendrán que aplicarse en las elecciones para el bicentenario.

Finalmente, insisto en la necesidad de refundar y dar lugar a verdaderos partidos políticos que contribuyan al fortalecimiento de la gobernabilidad y democracia que necesitamos, partidos que promuevan una verdadera participación de la mujer en la vida política, con elecciones internas transparentes, con activismo político permanente, con cuentas claras y financiamientos auditados públicamente, con procesos de selección y elección de nuevos líderes con calidad moral y libre de cuestionamientos penales, hoy Jorge Muñoz tiene la oportunidad de iniciar esta tarea con un partido tradicional como es Acción Popular, de lo contrario, su próxima campaña política podría ser con otra camiseta como la de todos sus cercanos competidores que no llegaron a superarlo.


Escrito por

Julio Navarro -Jucenaf

Periodista y luchador incansable contra la crisis de valores para construir un mundo mejor! JALCA para siempre! Aquí mi opinión personal.


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Construyendo un Perú mejor

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