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La violencia política de nuestros tiempos

Publicado: 2017-09-25

En las últimas semanas hemos sido testigos de la evolución de la violencia en nuestro país, desde el recuerdo de la captura de Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso, que nos trajo a la memoria aquellos años cuando el terrorismo y sus crímenes, coches bomba y asesinatos, sembraron el terror en el Perú, hasta nuestros tiempos cuando vemos que la delincuencia, el crimen organizado y la inseguridad ciudadana son el vivo reflejo de que la violencia sigue siendo una lamentable característica de la cultura peruana. 

Tratar de encontrar una definición sobre la violencia es una tarea casi imposible, porque existen diferentes formas de entenderla. Jacques Semelin, investigador e historiador francés, escribió que “a quien habla de violencia hay que preguntarle siempre qué entiende por ella”. Por ello, cuando nos referimos a la violencia en el Perú de inmediato la asociamos con hechos vinculados al terrorismo, crímenes, delincuencia, conflictos sociales, agresiones físicas y, también, agresiones verbales y actos de discriminación por distintas razones.

Debemos entender también que la violencia es de naturaleza humana, donde la agresividad es la principal expresión de ella, una actitud que se caracteriza por el uso de la fuerza contra el prójimo, o contra los bienes del otro, con el propósito de causar daño, de herir, o incluso, destruir al que se agrede, convirtiéndose en un acto ilegal, indebido y también inmoral.

Semelin propone diferenciar hasta tres categorías o formas de violencia. La primera, que distingue la violencia que genera muerte de la violencia estructural que se da en situaciones de miseria y opresión; la segunda es la violencia cotidiana, aquella que sucede como si fuera parte natural de nuestra vida; y en tercer lugar, se refiere a la violencia de espectáculo, esa que atrae nuestra mirada, que nos genera indignación y desaprobación, y como él dice, “que caracteriza buena parte de la ambivalencia de la violencia que por un lado asusta, pero por otro fascina”.

Tres categorías que se muestran en el país en su grado extremo con la delincuencia y el crimen organizado que cobra vidas, y la otra, que surge como consecuencia de las brechas sociales mostrando su peor cara en las precarias condiciones de vida de muchos peruanos sin acceso a los servicios básicos; pero también está la violencia cotidiana, aquella que se refleja en nuestras pistas, calles y plazas, esa que se expresa como fruto del odio, la envidia, el egoísmo, los celos, la maldad y también la indiferencia, esa violencia cotidiana que se escribe como crónicas rojas en los diarios chicha que perviven a cambio de 50 centavos; esas historias de dolor, de morbo y sensacionalismo que ocupa los principales noticieros de la televisión y otros programas “magaliescos” de nuestra “farandulérica” sociedad del chisme, el raje y el prejuicio, lo que antaño pudo describir muy bien Ricardo Palma. Una violencia cotidiana que toma por asalto las redes sociales para saturarlas de insultos, humillaciones, amenazas y otras estupideces, provocando en sus usuarios una irritación emocional que despierta ese cerebro reptil del que tanto habla la doctora cachetada.

Y lo que es peor, ahora emerge de las bases derruidas de la política decente, una nueva forma de violencia, esa que se muestra desnuda en boca de “ilustres” congresistas que gorman, en vivo y en directo, canalladas como un vil reflejo de sus mentes poco cultivadas, por decir lo menos. Cada frase, cada haiga, cada juicio de valor, cada insulto y diatriba, no solo se repite en la mañana, mediodía y cada noche en la televisión, además, los analistas y entendidos de esta política hacen sus mayores esfuerzos para tratar de descifrar los entredichos que van y vienen como las ondas de un sismo con epicentro en las comisiones y pasos perdidos del Congreso.

Jean-Marie Domenach explica que la violencia se conoce en tres aspectos: el psicológico, cuando es una explosión de fuerza que toma un aspecto irracional y con frecuencia criminal; el moral, cuando atenta contra los bienes y la libertad del otro; y un tercer aspecto es el político, cuando usa la fuerza para apoderarse del poder o para desviarlo a fines ilícitos.

Y creo que este tercer aspecto es el que aparece cuando el fujimorismo trata de imponerse sin razones y por la fuerza, cuando trata de controlar incluso el pensamiento, opinión y actuación de su propia gente, un ejemplo es el avioncito de Kenji Fujimori que contiene su nuevo proceso disciplinario, un claro testimonio del tipo de política que algunos hacen en estos tiempos.

Si seguimos por este camino y no detenemos la escalada de esta violencia de fondo que está germinando ―como alguna vez sucedió con la corrupción en el Perú en la dictadura fujimorista― lamentablemente, en pocos años, veremos las consecuencias. Basta mirar a nuestros países vecinos, por ejemplo, Venezuela, para entender los resultados de la inacción y la indiferencia frente a lo que en esta columna advierto.

Acaso queremos llegar al bicentenario como un país que crece en su PBI de manera admirable internacionalmente, pero que es incapaz de construir y desarrollar bases sólidas de partidos políticos para que formen cuadros preparados para gobernar el Perú del futuro, un país con autoridades incapaces de lograr el respaldo y la confianza de sus gobernados, un país donde la institucionalidad y la gobernabilidad están a punto de colapsar, un país donde la corrupción, el narcotráfico y otras modalidades de crimen organizado han logrado tomar el control en las más altas esferas de los tres poderes del Estado.

Si seguimos dando espacio a la violencia es probable que al 2021 no lleguemos en democracia, porque la violencia ataca directamente a la vida, la salud, la integridad física y moral, y también la libertad individual de sus víctimas. Los peruanos no merecemos esto.


Escrito por

Julio Navarro -Jucenaf

Periodista y luchador incansable contra la crisis de valores para construir un mundo mejor! JALCA para siempre! Aquí mi opinión personal.


Publicado en

Construyendo un Perú mejor

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