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foto: la república

El orgullo de ser peruano

Publicado: 2017-07-30

El Perú está de fiesta, en pocos días el espíritu patriótico tendrá su mayor protagonismo con el discurso del Presidente Kuczynski, la elección de la nueva mesa directiva del Congreso y la gran parada cívico-militar, el orgullo patriótico hinchará nuestros pechos y sentiremos una vez más que el Perú es un país maravilloso. 

Hace un año, Ipsos Perú publicó una encuesta sobre las razones que nos hacen sentir orgullosos de ser peruanos, 48% refirió nuestra gastronomía, 45 % la biodiversidad, 40% Macchu Picchu y 38% nuestra cultura; sin embargo, frente a la pregunta de por qué sentimos vergüenza, las respuestas refieren a la delincuencia en 68%, corrupción 61%, falta de justicia 38% y narcotráfico 35%.

Aquí vemos claramente los desafíos que tiene que enfrentar el gobierno en el nuevo año de gestión que empezará el 28 de julio, creo que todos coincidimos en la necesidad de luchar de manera más eficiente contra la delincuencia y la corrupción. Creo que también coincidimos en la necesidad de reformar todo el sistema de justicia del país, incluyendo los mecanismos de control como la Contraloría, Indecopi, y demás superintendencias que ―se supone― velan por los derechos de los peruanos para acceder a servicios básicos como salud, educación, trabajo, propiedad, servicios públicos, transporte, entre otros.

Y respecto al narcotráfico será necesario emprender nuevas estrategias que incrementen la lucha contra este flagelo que continua tomando nuestros puertos, caminos y espacios, aéreo y marítimo, para trasladar la droga que se produce en el Perú hacia sus mercados altamente rentables, debo reconocer el gran trabajo que se viene haciendo; sin embargo, el negocio del narcotráfico en el Perú es más grande de lo que podemos imaginar y los resultados alcanzados en esta lucha todavía no son suficientes.

Otro de los temas que preocupa a los expertos, analistas, políticos, empresarios y demás, es el crecimiento económico. Algunos hablan de una desaceleración, otros de una recesión, de un estancamiento en la economía, mientras, se anuncia el destrabe de la línea 2 del metro, la construcción de la segunda pista del aeropuerto Jorge Chávez, la inyección de 7 mil millones de dólares a la minería, la reconstrucción con cambios y muchas formas de inyectar recursos e inversiones a la economía, para generar más trabajo y, en consecuencia, mayores ingresos para las familias peruanas. Y está bien que se tome en cuenta las medidas económicas necesarias para el desarrollo económico del país, a pesar del pesimismo y la quejudez de los “expertos”.

Pero de lo que no se habla y pareciera que tampoco se le da la importancia que merece, es la inversión que necesitamos en cultura, es decir, en la puesta en valor de nuestro legado histórico, la gastronomía tradicional, nuestras prácticas ancestrales del manejo del agua, la conservación de los alimentos, la cosmovisión andina y la relación con la alimentación saludable, el respeto al medio ambiente como práctica milenaria, nuestras expresiones artísticas regionales, la música, teatro, poesía, deportes, literatura, la conservación de nuestros parques y reservas naturales, el desarrollo de circuitos turísticos sostenibles, vivenciales, ecoturísticos, de aventura, de investigación y observación científica. Todo un mundo fascinante que tenemos a la mano gracias a las características de nuestra diversidad geográfica y biológica, desde el mar hasta nuestras cordilleras y la selva peruana.

Si comparamos el presupuesto asignado este año al Ministerio del Interior con 10,600 millones, justicia con 1,900 millones, Fiscalía con 1725 millones, poder judicial con 2,245 millones y contraloría con 552 millones, que sumados hacen más de 17 mil millones de soles, mientras que el ministerio de cultura solo recibe 560 millones. Podemos notar que gran parte de nuestro presupuesto ―y la labor del Estado― se dedica a atacar las consecuencias del problema y los resultados alcanzados lamentablemente nos demuestran que la estrategia aplicada no es una solución real al problema, sino un paliativo sometido al vaivén de las crisis políticas.

Creo que este mes de la Patria es un buen momento para repensar el camino que debemos seguir para construir un Perú diferente, un país que nos debe hacer sentir más comprometidos en recuperar y poner en valor lo que nos enorgullece, y no solo dedicarnos a condenar en voz alta las razones por las que nos avergonzamos.

Creo que estos cuatro años que faltan para el bicentenario son suficientes para sensibilizar a todos los peruanos. Creo que con un poco más de presupuesto para la cultura, el arte y el deporte podemos lograr activar la esperanza de la gente y comprometernos a construir un Perú mejor, con respeto al prójimo, con amor a lo nuestro, porque cuando los peruanos nos proponemos algo lo logramos, y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías en las comunicaciones ayudará mucho en este propósito.

Señor Kuczynski, señor Zavala, tienen ahora la oportunidad de romper los paradigmas que nos atan a la mediocridad y el conformismo, esos paradigmas que priorizan al libre mercado y el crecimiento del PBI como únicos indicadores de desarrollo y progreso; sin embargo, lo que necesitamos es invertir en la formación de mejores peruanos, menos informales, menos egoístas, mejor educados, mejor formados, mejor capacitados, peruanos destacados, honestos, trabajadores, luchadores. Buenos peruanos es lo que necesitamos para celebrar el gran cambio en el bicentenario.

¡Felices fiestas patrias a todos mis hermanos!

Publicado también en: DePolitika.pe


Escrito por

Julio Navarro -Jucenaf

Periodista y luchador incansable contra la crisis de valores para construir un mundo mejor! JALCA para siempre! Aquí mi opinión personal.


Publicado en

Construyendo un Perú mejor

Elegir, actuar y transformar el entorno para incrementar su valor y generar felicidad y progreso es el deber que debemos cumplir cada día!